martes, 27 de mayo de 2014

Proyecto de intervención: Dramatización y EL2

Iranzu Crespo



—Las bases de este proyecto innovador son, por un lado, la interacción social, mediante el drama y la lengua, que favorecen tanto el comportamiento social como las habilidades comunicativas, y el enfoque por tareas, por otro, que fomenta el trabajo en grupo y favorece el aprendizaje del español como L2 a través del teatro, del juego.

La realidad en el aula de español es heterogénea: los alumnos no necesariamente se encuentran en la misma edad, en la misma etapa de aprendizaje, ni en el mismo momento de adquisición de la L2.

—¿Cómo pueden estos alumnos y alumnas inmigrantes llegar a realizar tareas, actividades?, 

¿cómo puede desarrollar las competencias para la comunicación y el proceso de aprendizaje de contenidos curriculares? 

¿Cómo pueden los profesores facilitar estos procesos?, ¿sirviéndose de distintos apoyos?



2 comentarios:

  1. Nerea González: Querida Iranzu, en primer lugar felicitarte por la propuesta que has hecho. Me gustó mucho tu exposición en clase y haberla compartido en el blog de la asignatura nos permite poder disponer de este recurso si algún día lo necesitamos dentro de nuestras aulas.
    Tal y como mencionas, las aulas de español son heterogéneas, ya no sólo por edades, nacionalidades y niveles de la lengua española que tiene cada uno de los integrantes de la clase, sino también por la etapa de aprendizaje en la que se encuentran cada uno de ellos. La dramatización, como forma de arte, nos da la oportunidad de formular ideas y sentimientos utilizando los recursos más naturales, y propios, de comunicación que poseemos: la voz y el cuerpo.
    Trabajar la dramatización en este contexto es una gran idea, ya que al poner a los alumnos en contacto con una situación cotidiana, de forma directa, y dotarles de la capacidad de solucionar los problemas que se les plantea, igual que plantean Seely (1976) o Heathcote (1967), una función más comunicativa. Es una herramienta muy útil que podrán usar cuando se encuentren en la misma, o similar, situación real. De este modo, se trabaja la inteligencia emocional, tan olvidada y menospreciada en algunos casos…y como tú bien dices, todo ello llevará a los alumnos, e imagino que al profesor también, a conocerse a sí mismos.
    Viéndolo desde el punto del docente, también podemos usar esta actividad como lazo, unión, conexión de unos alumnos con otro. Una forma de interactuar todos con todos, permitiendo que se conozcan aspectos, cualidades y actitudes de cada uno de los alumnos, que tal vez en otras circunstancias no se llegarían a apreciar. Resulta una actividad motivadora porque no hay un final propiamente dicho, es decir pueden llegarse a conocer si mismos, o a sus compañeros más allá de lo que inicialmente estábamos pensando.
    Se puede trabajar cada uno de los niveles lingüísticos en los que cada alumno se encuentre, adaptando los papeles a cada uno de ellos. Otra forma muy curiosa y creativa de trabajar las destrezas comunicativas, como bien mencionas en tu trabajo, y por supuesto, aumentar las competencias lingüísticas. Ejercitas al mismo tiempo la comunicación no verbal, con la realización de ejercicios de mimo o juegos de expresión corporal, mientras que la comunicación verbal la reforzamos, apoyamos y estimulamos con ejercicios de juegos de personajes o con las simulaciones.

    ResponderEliminar
  2. Nerea González (continuación)
    Mientras escribo este comentario, recuerdo que cuando iba al colegio, en clase de francés, realizamos cada uno de nosotros un pequeño ejercicio de dramatización. Tal vez no tan enfocado a la función comunicativa de tu actividad, pero sí más dirigido a la función expresiva. De carácter individual, a libre elección, y tenías que explicar la historia con los objetos que quisieras, a tu manera y adaptada al nivel que teníamos entonces A2-B1. Del mismo modo que tú has planeado los ejercicios de calentamiento “en una fiesta” o “el primer día de clase” nosotros en clase realizábamos por ejemplo “estar en un autobús” o “ir a un probador con ropa y hablar con la dependienta para que te ayudase”. En este aspecto, existirían una gran variedad de actividades que poder proponer, sencillas, que todo el mundo conoce y que pueden hacer que los alumnos interactúen en ellas.
    Cuando yo fui alumna, aunque éramos una clase bastante homogénea respecto al nivel de francés, recuerdo haber contado la historia de una flor, desde que nacía hasta que moría, y lo recuerdo como una buena actividad, que no sólo me sirvió para darme cuenta a mí misma de lo que sabía del idioma, sino para desarrollar sin duda alguna mis destrezas orales en el idioma y trabajar otras habilidades que tenía y que a veces no las potenciaba lo suficiente, o tal vez ni siquiera me había dado cuenta de ellas. Al fin de cuentas, una propuesta que me enriqueció mucho tanto en el idioma, como a mí misma.
    Te felicito de nuevo. Espero que la puedas llevar a la práctica y puedas ver el resultado.

    Heathcote, D. (1967). “Drama in Education”, Huddersfield, National Association for the Teaching of English, ( reimpreso en L. Johnson & C. O’Neill (eds.) (1984), Dorothy Heathcote: Collected writings on education and drama, London, Hutchinson.
    Selly, J. (1976). In context: language and drama in the secondary school. London, Oxford University Press.

    ResponderEliminar