martes, 20 de mayo de 2014

La dramatización en el aula de EL2

Iranzu Crespo 

Texto de referencia: Barroso García, Carlos, Fontecha López, Mercedes; ADES (Asociación para la difusión del español en la cultura hispánica) “La importancia de las dramatizaciones en el aula ELE: una propuesta concreta de trabajo en clase”, en ASELE, Actas X (1999), Centro Virtual Cervantes. (http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/10/10_0105.pdf)

Introducción: las bases de esta actividad son, por un lado, la interacción social, mediante el drama y la lengua, que favorecen tanto el comportamiento social como las habilidades comunicativas, y el enfoque por tareas, por otro, que fomenta el trabajo en grupo y favorece el aprendizaje del español como L2 a través del teatro, del juego.

Existe una relación entre el teatro y la clase desde el momento en el que hacemos de la oralidad el medio de enseñanza. La diferencia entre los modelos tradicional y el actual de enseñanza es –o debe ser– que, antes, el único actor era el profesor; ahora, toda la clase es un escenario perfecto para la representación: y habrá que procurar que la simulación sea lo más real posible para que la situación resulte útil al alumnado.

La propuesta desarrolla la dramatización (mediante unos personajes, unas coordenadas espacio-temporales concretas, etc.) y la improvisación (inventando espontáneamente) para la realización de la tarea, aunque –nota importante– la tarea en sí (la representación teatral final) no sea lo primordial. Esto es, lo que nos interesa es “jugar a hacer teatro” y aprender español de forma divertida, no ensayar hasta tener una obra perfectamente dominada para representarla ante un público.
Hacerlo de este modo informal motivará al alumnado, sin llegar a bloquearlos por la presión, como decía, del público ante una representación teatral formal; les hará más creativos y más autónomos.
El trabajo se divide en cuatro fases, previo calentamiento y desinhibición.
1ª Elección. Entre profesor y alumnos, elegirán la fuente a representar: teatro, poesía, noticias, música, fotos, anécdotas, etc.
2ª Preparación. Los alumnos prepararán, sin escribir ni memorizar, su dramatización: papeles a realizar, personales, planificación de la historia, organización del decorado, etc.
3ª Representación. Los alumnos llevan a cabo su representación jugando con cuantos elementos del aula les sea posible emplear: luces, sonidos, ropas, objetos, etc.
4ª Evaluación. El profesor, una vez hechas las dramatizaciones, hará las correcciones lingüísticas. Existe la posibilidad de grabar en vídeo para facilitar el proceso de evaluación.

La propuesta sería idónea en una clase donde el nivel del alumnado fuese lo suficientemente avanzado como para, al menos, comprender las instrucciones y realizar con éxito las fases 2ª y 3ª.

Los ejercicios de calentamiento serán muy significativos y tanto más útiles cuanto mejor organizados estén, para ayudar a los alumnos y alumnas a entrar en el juego.
Algunas propuestas que hacen los autores de estas dinámicas iniciadoras son:
-       En una fiesta (relacionarse entre ellos como si estuviesen en una fiesta);
-       Primer día (presentarse entre ellos en su primer día en el colegio, en la universidad, en el trabajo);
-       Una inmobiliaria (dos compradores interesados discuten por el alquiler/la compra de un piso);
-       En un restaurante, en una tienda;
-       Y tantas relaciones personales como se les ocurran (amigos haciendo planes, un grupo haciendo un viaje, una pareja en su primera cita, etc.).
Quería compartir este artículo porque me parece, además de interesante, fundamental para asimilar la actitud con la que un profesor –tanto de ELE como de otra materia–. Mi proyecto de innovación docente se basa, precisamente, en estos presupuestos. El aula de español, más que ninguna otra aula, es un espacio idóneo para permitirnos el lujo de jugar con nuestros alumnos y de transmitirles a ellos contenidos curriculares. ¿Quién pensaba que no era posible aprender la conjugación del verbo ser en una situación de teatralización? O, ¿por qué no va a ser posible comprender la estructura oracional del español? La situación es perfecta: nuestros alumnos están en un contexto de inmersión lingüística y, además, propiciamos situaciones de role playing para que su aprendizaje sea significativo.
El teatro no es únicamente un género literario; es una forma de darle sentido a todas las materias del currículo. A través de él, además, pueden trabajarse las ocho competencias básicas: en comunicación lingüística, competencia matemática, en el conocimiento y la interacción con el mundo físico, tratamiento de la información y competencia digital, competencia social y ciudadana, competencia cultural y artística, competencia para aprender a aprender, y autonomía e iniciativa personal.

¡Os animo a poner en práctica esta buena idea de Carlos Barroso García y Mercedes Fontecha López!


Iranzu Crespo 

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