viernes, 23 de mayo de 2014

El primer día de clase

Carlos J Perdices Cuesta

La tarea que propongo es la siguiente para llevar a cabo al aula el primer día de clase de un nivel A1. El objetivo principal de la técnica es fomentar la expresión oral de los alumnos en su primer contacto con el español. Para ello, se buscará que los alumnos sean conscientes de sus conocimientos previos en español y hagan uso de ellos de forma lúdica. Es objetivo también de esta técnica que los alumnos sean capaces de relacionarse con sus compañeros de clase empleando la nueva lengua que han empezado o están empezando a aprender y que practiquen estrategias de comunicación desde el primer día de clase.

Procedimiento:
1. Preséntate a tus alumnos diciendo Hola, me llamo… y escribe tu nombre en la pizarra. A continuación, con mímica, invita a que, ordenadamente, todos los alumnos se presenten repitiendo la misma frase y escribiendo después su nombre en la pizarra.
Posiblemente los dos primeros alumnos tendrán dificultades para decir Hola, me llamo…, pero al final de este paso, casi con toda seguridad, todos los alumnos podrán decir bien esa primera frase de presentación.
2. Repite tu nombre y di el nombre de la primera letra del mismo para, seguidamente, escribir una palabra que empiece por esa letra. Si, por ejemplo, tu nombre empieza por eme, piensa en alguna palabra cuyo referente sea fácil de transmitir, como mamá o incluso una palabra que remita a un objeto de clase, por ejemplo, mesa. Explica a tus alumnos - si es necesario, ayúdate de la mímica (haciendo el gesto de escribir en la pizarra, por ejemplo) y recurre al ejemplo de tu nombre- que deben escribir al menos una palabra que empiece por la misma letra que la primera letra de sus nombres. 
Mientras los alumnos han ido diciendo y escribiendo sus nombres en el paso 1 el profesor puede ir pensando palabras sencillas que empiecen por las primeras letras del nombre de sus estudiantes para poder ayudarlos en este paso.
Déjales un minuto para pensar (explica el concepto con mímica o dibujando un bocadillo de pensamiento) y después pídeles que uno por uno salga a la pizarra para escribir la palabra junto a su nombre.
Asegúrate de que tus alumnos han comprendido el significado de todas las palabras que se han ido diciendo; permite que las escriban y, si lo necesitan, permite que las repitan en voz alta un par de veces.
3. Haz una ronda de repaso de los nombres de todos los alumnos. Pregúntale tú a un alumno que esté en un extremo: Perdona, ¿cómo te llamas? Como todavía no se ha visto esta pregunta, quizá se sienta un poco desconcertado así que ayúdale a recordar la respuesta Me llamo… Cuando haya contestado anímale a preguntarle lo mismo al compañero que tenga al lado y así hasta que todos hayan dicho su nombre.
Probablemente, a los primeros les cueste recordar la pregunta; por ello, si ves que un alumno se bloquea, intenta mediante gestos que toda la clase, tú incluido, repita la pregunta al unísono para ayudarlo. Intenta que después repita de forma individual.
4. Agrupa a tus alumnos de tres en tres o de cuatro en cuatro. Si tienes un grupo muy reducido, lo mejor serán parejas. Dado que es el primer día de clase, lo más simple será que los grupos se formen tal y como están sentados, con las personas más próximas a ellos. Explica, ayudándote de gestos y mímica, que deben pensar y escribir nuevas palabras que empiecen por la primera letra de todos los nombres de los alumnos de la clase. Repasa las letras para que de ese modo los alumnos vayan familiarizándose con el alfabeto. Puedes proponer la dinámica de dos maneras, a saber, que el primer grupo que complete la lista gana, o darles un tiempo determinado, por ejemplo cinco minutos, y el que haya conseguido más palabras es el ganador.
Por lo tanto, si hay diez alumnos en el aula tendrán que escribir diez palabras que conozcan en español. Por ejemplo, si los alumnos se llaman: James, Dominique, Patrick, Alice, Malaika, Bob, Claire, Sophie, Phil y Otto, su lista de palabras podría ser: jamón, dos, pan, amigo, mano, buenos días, cerveza, sol, patata y ocho.
Si es necesario, haz otro repaso de los nombres para que los recuerden durante la actividad y que además les servirá para volver a practicar Perdona, ¿cómo te llamas? Me llamo…
5. Detén el juego cuando uno de los grupos consiga completar la lista, es decir, cuando  haya conseguido escribir tantas palabras como iniciales de los nombres de los alumnos, o cuando se haya cumplido el tiempo, según la propuesta que hayas decidido emplear, y haz una puesta en común en la pizarra. Para ello, pide a un alumno del equipo ganador que salga a la pizarra a escribir las palabras que han preparado. Valora los resultados de tus alumnos, corrige la ortografía, si es necesario y, con ayuda de ese alumno o de otro miembro del grupo, aclara los significados que no estén claros. Anima a los estudiantes a que sean ellos mismos los que expliquen el significado a través de mímica, dibujos, representaciones o cualquier otra forma que se les ocurra (preferentemente que no sea la traducción a su lengua materna) pues de ese modo estarán empleando estrategias de comunicación desde el primer día.
A continuación, permite que los otros grupos salgan a la pizarra a escribir sus palabras. De nuevo, valora los resultados de tus alumnos con las fórmulas al uso (muy bien, genial, estupendo, etc.).
Intenta que tus alumnos escriban las palabras de forma ordenada en la pizarra para que sea más fácil de seguir para todos los alumnos y deja tiempo para que tus estudiantes puedan ir anotando en sus cuadernos las palabras que han ido apareciendo.
6. Sistematiza en la pizarra las estrategias que han empleado los alumnos en el paso anterior para transmitir el significado: mímica, representaciones, dibujos o cualquier otra estrategia que hayan empleado. Después, repite tu nombre y emplea una de esas estrategias para comunicar la palabra que escribiste con la inicial de tu nombre. Recurre a la mímica para explicar el concepto de adivinar. Si, por ejemplo, tu nombre empieza por eme, señala una de las mesas de la clase o dibuja una mesa en la pizarra para que adivinen que la palabra en que has pensado es mesa. Señálales en la sistematización de la pizarra cuál es la estrategia que has empleado. Repite esta dinámica con otra palabra y otra estrategia y vuelve a mostrarles, cuando hayan adivinado la palabra, cuál es la estrategia que has utilizado.
Explícales que ahora es su turno: deberán elegir una palabra que empiece por la misma letra de su nombre y comunicársela a los demás empleando alguna de esas estrategias. De esta forma, repasarán el léxico, los nombres de sus compañeros y las diferentes estrategias que han aprendido.

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