jueves, 5 de junio de 2014

“El español como lengua de instrucción: aproximación al discurso expositivo del profesor para su aplicación didáctica con estudiantes inmigrantes”, de Félix Villalba Martínez y Mª Teresa Hernández García.

Alba Bandrés Pradilla.

Para todas las personas extranjeras que vienen a España, el español es fundamental para actuar autónomamente en las diferentes situaciones que se dan en  la vida cotidiana. Sin embargo, para niños y jóvenes adolescentes que están en edad escolar, también es imprescindible el aprendizaje del español como segunda lengua para completar su proceso formativo en el nivel que les corresponda. De esta manera, lo primero que hay que diferenciar es el uso cotidiano del uso académico (en el que el español sirve para transmitir y acceder al curriculum, organizar y participar en clase, etc.). En este último caso, según Villalba y Hernández (2004) hablamos del español como lengua de instrucción (ELI).
Así pues, el artículo que he elegido pretende analizar uno de los componentes esenciales de toda práctica educativa: el discurso explicativo del profesor y la importancia, aún más si cabe, cuando hay jóvenes inmigrantes.
El artículo data del año 2004 en el que, bajo mi punto de vista, la presencia de estudiantes extranjeros en los centros escolares representaba una de las características actuales del sistema educativo español. Sin embargo, hoy por hoy, creo que el fenómeno de la inmigración ha disminuido o no es tan marcado como antes. A pesar de ello, considero que siguen siendo un colectivo muy importante a tener en cuenta.
En algunos centros, los nuevos estudiantes inmigrantes participan en programas complementarios de aprendizaje de español. Sin embargo, después del periodo del practicum creo que esto depende bastante del centro y del personal con el que cuentan, por lo que el discurso del profesor se hace aún más importante. Además, al cabo de un curso escolar (dos como máximo) se considera que alcanzan un nivel aceptable de competencia comunicativa general de la nueva lengua, que en muchas ocasiones no es suficiente para poder participar activamente en las dinámicas educativas.
Una ventaja, es que aunque los alumnos inmigrantes hayan cambiado del sistema educativo de su país de origen al español, la mayoría de las prácticas educativas les resultan familiares: generalmente el profesor es el que controla la situación (habla más, puede interrumpir cuando quiera, corrige…) mientras que el alumno debe estar atento o esperar el turno de palabra.
Sin embargo, además de la dificultad del español en el ámbito académico, otra desventaja es la cantidad de registros que hay que pueden usarse en clase y lo fácil que puede resultar a un alumno no autóctono perderse de la clase (ya es difícil para los alumnos nacidos en España con un dominio total del español), debido a que el profesor además de las explicaciones, tiene que captar la atención de algunos de sus pupilos, reformula intervenciones de otros, se enfada, bromea, etc.
Por ello, es especialmente importante en una clase de español o con alumnos inmigrantes que el profesor estructure su discurso perfectamente en:
·         Introducción, para presentar de manera general el tópico o tema a tratar
·         Desarrollo, explicando directamente o con alguna ayuda (por ejemplo con un libro de texto). El docente, en este caso tendrá que poner ejemplos, aclaraciones, repetir las cosas, etc.
·         Resumen,  para recuperar información y asegurarse de que ha  quedado clara o como activación de los conocimientos previos

En conclusión, podemos decir que es muy importante estructurar el discurso del profesor, identificando las ideas y los tópicos principales, y estableciendo relaciones entre ellos y organizándolos a modo de mapa mental. Pero además, hay que tener en cuenta otros aspectos y recursos utilizados en clase como las preguntas retóricas, las expresiones de evaluación (¿queda claro?, ¿de acuerdo?, ¿eh?) o  los marcadores de inicio y fin. El profesor debe de tener especial cuidado en su vocabulario y cerciorarse de que los alumnos le entienden. De esta manera, creo que se puede apoyar también en recursos visuales para facilitar la tarea.
Ni el profesor ni el alumno pueden renunciar a la retórica. Porque por la palabra, somos capaces de expresar lo que sentimos, queremos o pensamos. Gracias a la palabra es posible la comunicación, el entendimiento, la concordia y el progreso. Por eso, es tan importante en la escuela y en el discurso del profesor, porque si este se descuida o no es lo suficientemente bueno, la formación disminuirá hasta desvanecerse. Por ello, alumno y profesor deben esforzarse en esta tarea llegando a encontrar un equilibrio.

Para terminar me gustaría recomendaros la película “La lengua de las mariposas”, ambientada en la época de la guerra civil española,  en la que el maestro (Fernando Fernán Gómez) tiene un discurso envidiable y transmite conocimientos muy variados a sus alumnos mediante la observación como método de enseñanza y como la situación cambia cuando los fascistas ganan la guerra. 

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