DIANA ZAKRZEWSKA
Mendoza explica al principio del artículo que la lectura es una actividad de autocontrol de aprendizaje, ya que se trata de la comprensión y la interpretación de los textos. Dice el autor que la lectura es una actividad compleja y que requiere tanto conocimientos previos como ciertas habilidades lingüísticas. El aprendizaje de un idioma queda incompleto si uno no sabe leer textos escritos en este. La lectura en el contexto de las aulas de español para el alumnado inmigrante no tiene como su fin único la observación del aspecto gramatical de la lengua, sino también las “formas de uso", las convenciones lingüístico-culturales y valores contextuales. Es un recurso excelente para “la construcción de un saber intercultural". Para un texto sea comprendido en su totalidad tenemos que añadir a estos aspectos también la interpretación del lector. Esta última depende de la experiencia lectora y de la cultura del lector. Por todo esto, el proceso de la lectura conlleva amplias oportunidades didácticas. La lectura no se considera una actividad complementaria para aprender una lengua, más bien es un recurso básico y un procedimiento muy oportuno para el autoaprendizaje.
La lectura es un “diálogo interactivo entre texto y lector" que requiere de el aprovechar todos sus conocimientos, no solo lingüísticos, sino también paralingüísticos, enciclopédicos y culturales. Por eso la lectura en español es para un alumno inmigrante más difícil no solamente por el hecho de que no domina todavía el idioma, sino también por falta de algunos referentes contextuales: elementos de cultura y conocimiento del mundo que le rodea. Como docentes tenemos la responsabilidad de facilitarles a nuestros alumnos la lectura y de la captura de su significado.
Mendoza propone el uso de los textos literarios en las clases de L2 para trabajar la competencia de la interpretación del texto y no solo de su significado léxico-gramatical. El autor incide en la necesidad de que el alumno intente interpretar el texto por sí mismo y no siempre siguiendo las pautas dadas previamente por el profesor. La interpretación personal por parte del alumno le hace razonar, juzgar, activar los conocimientos y saberes previos. El hecho de integrar los conocimientos lingüísticos con los que acabo mencionar consolida, según Mendoza, el dominio del idioma que aprende (en nuestro caso, del español).
Teniendo en cuenta todos estos aspectos de la complejidad del proceso de la lectura, el alumno debe ser consciente de que, de vez en cuando, la comprensión del texto le resultará difícil o hasta muy difícil. Los profesores deberíamos asegurar al alumno que este fenómeno es natural en los principios del aprendizaje de un idioma nuevo y que estas dificultades de ninguna manera deberían desanimarle ante la lectura. Por otro lado, para la lectura en clase dé resultados, es necesaria la colaboración e implicación personal por parte del alumno. La comprensión (y más la interpretación) es un acto que requiere cierto esfuerzo y ganas del lector. Además, el alumno tiene que ser consciente de que puede encontrar en los textos ejemplos de usos lingüísticos que se salen de la normativa. Aquí de nuevo resalta el rol del docente que tiene que encontrar una manera de explicarle este fenómeno al alumno. No sea que esto le desmotive a aplicarse al estudio y empleo correcto de las reglas gramaticales. La lectura exigirá del alumno a referirse a informaciones sobre la civilización, cultura, convenciones sociales, ideologías, etc. Por eso, es un buen recurso para introducir estos aspectos (diferencias culturales entre España y el país de su origen). Por último, el alumno tiene que saber que sacar una conclusión conociendo solo una parte del texto trae el riesgo de malas interpretaciones y confusión a la hora de entender débidamente el texto. Con todo, sin embargo, Mendoza sugiere que deberíamos dar a los alumnos la libertad interpretativa en cuanto a los textos literarios y de creación. Cuando tratamos a un informativo, como un artículo periodístico, obviamente debemos desear llegar a la comprensión y la interpretación correcta del texto.
Personalmente opino que hay que fomentar la lectura desde todos los lugares y partiendo de diferentes asignaturas y áreas de conocimiento. Crear lectores conscientes y que sepan valorar la lectura tanto como una fuente de conocimiento, como de la diversión y del placer, es uno de mis objetivos básicos y primordiales como una futura profesora de Lengua. Las aulas de la inmersión lingüística son un contexto óptimo para el desarrollo de la competencia lectora. A los alumnos inmigrantes, a la hora de aprender un idioma nuevo, se les presenta y acerca un propósito más y un factor motivador más para dominar la lengua española. Para empezar y con alumnos del nivel básico de la competencia lingüística, les propondría lecturas de cómics. Pueden empezar con la descripción de los dibujos y con reconocer las palabras que ya conocen. Después, cuando los alumnos mejoran sus habilidades comunicativas se puede pasar a la lectura de los cómics, luego, de unos cuentos cortos y, al final, de unos libros con poco grado de complejidad o de la literatura juvenil.
Este texto me parece muy bien escrito y detallado, y el comentario que has hecho destaca muy bien las ideas principales. Está claro que en un contexto de aprendizaje de una lengua, tenemos que utilizar diferentes estrategias para comprender los documentos que estudiamos (tanto orales como escritos), para poder llegar a expresarnos de forma personal o interaccionar con otros hablantes. Para la comprensión lectora, entonces, el rol fundamental del profesor será la enseñanza de estas estrategias, al mismo tiempo que la selección de escritos adaptados al público de aprendices.
ResponderEliminarEn efecto, el profesor tendrá que proporcionar textos a sus alumnos en relación con su nivel, y con sus intereses (de ahí la importancia de crear cierto vínculo afectivo con los miembros de la clase, para llegar a conocerles no sólo como alumnos, sino también como personas, cada una siguiendo un camino de vida diferente). El trabajo del profesor consistirá también en establecer objetivos claros de lectura, según el uso que tenga pensado para cada texto en clase. Así, se podrán proponer distintos tipos de textos (publicidades, programas de televisión, artículos de periódico, cartas etc.), llevando a los alumnos a leer cada uno de ellos según unas reglas determinadas, porque, como lo mencionas en tu comentario, no se lee de la misma manera un artículo periodístico y una novela literaria.
Comprender un texto en lengua extranjera puede parecer un ejercicio difícil, pero les tenemos que llevar a darse cuenta, en calidad de profesores y de “guías”, de que tienen conocimientos previos en la lectura, y que tienen que aprovecharlos para establecer estrategias personales “universales”. Por ejemplo, los alumnos podrán establecer estas estrategias sabiendo que ya conocen en su lengua materna los mismos tipos de documentos y temas, que existen textos de tipo descriptivo, explicativo, narrativo etc. También, es preciso darles a entender que, conociendo algunas palabras, pueden llegar a adivinar otras, según el contexto. Hacer hipótesis en la lectura, y compartirlas, para entender en qué se fija cada uno para comprender globalmente el texto, es sin duda un ejercicio que les permite a los alumnos adquirir una lógica propia en la comprensión lectora (y en la comprensión oral también, está claro).
Además de este establecimiento de estrategias personales, los alumnos tienen que aceptar el hecho de que no se puede entender todo lo que está escrito en el texto, tal como no precipitarse sobre su diccionario, sino trabajar la comprensión desde el contexto y fijarse en las palabras que ayudan a entender la organización del texto, como los conectores, los indicadores temporales etc.
Entonces, la labor del profesor se centrará en los “arreglos” culturales que sea preciso hacer cuando la falta de conocimiento cultural de los alumnos les impida totalmente la comprensión, y a partir de ahí, los alumnos irán adquiriendo más autonomía en el ejercicio de la lectura. Tu opinión sobre los tipos de texto que se pueden proponer en un principio (a saber cómics, y textos con imágenes), me parece muy interesante, ya que a partir de las imágenes, ya se puede desarrollar el trabajo de establecimiento de hipótesis sobre el contenido del texto y, además, siendo el cómic un tipo de texto que utiliza el estilo directo, les permitiría a los alumnos adquirir cierta base en la expresión oral, que es lo que necesitan mayoritariamente al principio de su aprendizaje.