Ingrid Asensio Ramos
Educación
intercultural
En
un primer lugar, la pregunta a lanzar para el tratamiento de la
interculturalidad en el aula de ELE sería: ¿Qué papel le corresponde al
contenido cultural en la clase de español como lengua extranjera?
1. Extrínseco:
El contenido cultural se debe tratar en un tipo de curso especializado o
complementario a la clase general de lengua, pero no en la clase de lengu.
2. Intrínseco:
La lengua es cultura y en su dimensión comunicativa es portadora de unos
valores, unas actitudes y comportamientos que se constituyen como patrones de
conducta que, indefectiblemente, actúan en nuestras relaciones e intercambios
verbales y no verbales.
Respecto
al tratamiento del componente cultural en el aula de ELE, lo común durante mucho
tiempo ha sido relacionar el tratamiento de lo cultural en la enseñanza del
español con un concepto de cultura bastante elitista, en el sentido de elemento
de prestigio social, la Cultura con mayúsculas a la que se refirieron L. Miguel
y N. Sans (2004). Esto, a su vez a supuesto que enseñar cultura es un
equivalente a un ejercicio destinado a los niveles avanzados o superiores, en
los que hay que trabajar con textos de carácter literario, artístico o
histórico. Sin despreciar la importancia de la cultura con mayúsculas,
expresiones como “Hacer de celestina” no ocupan un espacio tan relevante o
abundante en las comunicaciones rutinarias, exceptuando los contextos más
especializados. Por lo tanto, hoy en día hablar del componente cultural y la
enseñanza de idiomas se corresponde más apropiadamente con el desarrollo de un
trabajo en el aula cuyo cometido se circunscribe al tratamiento de los
referentes socioculturales inherentes a la sociedad de la lengua objeto y que
aportan al alumno la oportunidad de alcanzar un conocimiento sobre normas
culturales. Los hábitos sociales y
normas de conducta se revelan indispensables para la comunicación al
aportar una información que, dada una situación comunicativa en un entorno determinado
evitarían malentendidos entre hablantes nativos y no nativos.
El aula de
ELE no sólo constituye un foro en el que se transfieren los elementos
lingüísticos de una lengua, sino que en este espacio también se transfieren una
serie de normas, valores o patrones culturales pertenecientes a comunidades
sociales diferentes, cada alumno que acude a nuestras clases de español trae
consigo una mochila repleta de su propia cultura.
El
estudiante de español como lengua extranjera no sólo habrá de adquirir un
conocimiento lingüístico, sino además un conocimiento cultural que le sirva para vivir, sobrevivir,
adaptarse y comprender mejor las manifestaciones lingüístico-comunicativas de
la sociedad o las sociedades portadoras de la lengua que está estudiando.
Tal como
menciona la profesora M. Baralo (2003), no es tarea fácil, ya que hablar de
cultura es hablar de un sistema bastante complejo. Si exige que el profesor
acometa la tarea de un “antropólogo-observador” para hacer visible los
implícitos culturales: todo aquello que para un ciudadano es tan normal que
resulta imprevisible. L. Miquel y N. Sans (2004). Según Hymes, esta tarea de
observación implica práctica.
“Cuando
nacemos todos somos etnógrafos, pero perdemos la práctica al crecer. Desde
nuestros primeros días nos ocupamos de entender el mundo que nos rodea
observando, escuchando y con el tiempo hablando.” (A. Barros et.al, 2001)
Competencia
intercultural en la enseñanza de ELE
El interés
por la dimensión cultural no es algo nuevo, ya existía en Alemania en la
tradición de Landeskunde y se
desarrolló con posterioridad a partir de 1945 en los métodos audiovisuales y
audiolinguales en EE.UUs y Europa Occidental. Por lo tanto no debe verse como
un nuevo enfoque o método didáctico, sino como una revisión del concepto de
competencia comunicativa. El aprendizaje de la gramática era lo más importante
por lo que no funciona, sin embargo en las últimas décadas el empuje
intercultural ha tomado fuerza gracias a la aparición de los modelos de enseñanza
que ralentizan el aprendizaje de la lengua como instrumento social de
comunicación (M. Byram y M. Fleming, 2001)
Por lo tanto
es muy importante el contexto para que tanto emisor como receptor, si provienen
de diferentes de diferentes culturas, lleguen a entender lo mismo. Hablar un
lengua no es simplemente usar reglas gramaticales, sino que el alumno no nativo
necesita desarrollar una competencia sociocultural. Canale y Swain (1980)
Más que un
objetivo es un proceso por el cual debemos evitar el establecimiento de
prejuicios y estereotipos. M. Baralo (2003) La clase de ELE es un espacio de
lenguas y culturas en contacto, por lo tanto queda claro que el componente
cultural ha de integrarse en la clase de lengua aportándonos información
relevante para que los actos comunicativos entre nativos y no nativos sea más
eficaz.
El enfoque
intercultural tiene como objetivo que la diversidad deje de ser un obstáculo
para la comunicación y sea visto como un enriquecimiento que favorezca la
comprensión.
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“La
enseñanza del español debe promover el acercamiento entre la cultura hispánica
y la del país de origen, así como construir una imagen auténtica de aquella y
colaborar con la destrucción de tópicos y prejuicios.”
Plan Curricular del Instituto
Cervantes (1994)
Bibliografía
Baralo, Marta (2003): “Mestizaje e interculturalidad
en la variación diatópica y su incidencia en español/LE”, Actas del XIII
Congreso ASELE, Universidad de Murcia.
Byram, Michael y M. Fleming (2001): Perspectivas
interculturales en el aprendizaje de idiomas: enfoques a través del teatro y la
etnografía, Colección Cambridge de didáctica de las lenguas.
Bernárdez, Enrique (1995): Teoría y epistemología
del texto. Madrid, Cátedra.
Miquel, Lourdes y N. Sans (2004): “El componente
cultural: un ingrediente más en la clase de lengua”, REDELE, Ministerios de
educación y Ciencia (publicación electrónica: http://www.mec.es/redele/revista/miquel_sans.shtml.
Ingrid
Asensio Ramos
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