ALFREDO SERRANO MORENO
La temática del artículo, como su propio título indica, versa sobre
las lenguas vehiculares de las escuelas y presta una especial atención a todos
aquellos idiomas hablados por el alumnado inmigrante. Aunque el autor basa sus
afirmaciones en el contexto sociolingüístico de Cataluña, una gran parte de sus
referencias se acercan a países con mayor tradición en acogida de inmigrantes
como Estados Unidos o Canadá ya que el fenómeno de la inmigración en España es
bastante reciente.
De todos los estudios citados acerca de la adquisición de la lengua
de la escuela en Estados Unidos y Canadá sobre alumnado inmigrante (mayormente
procedentes de países latinoamericanos y por ello hispanohablantes), se deduce
que los programas bilingües en los que la L1 y la L2 están presentes al 50:50
ayudan muy mucho a que los alumnos puedan desarrollar sus habilidades
lingüísticas en la lengua de la escuela y poder alcanzar a los hablantes
nativos de la lengua. Además, se han de promover las actividades en grupo para
que los alumnos puedan poner en práctica sus habilidades lingüísticas con sus
compañeros hablantes nativos en la lengua de la escuela.
Volviendo al tema central del que se ocupa mayoritariamente el
autor a lo largo del artículo, la adquisición de la lengua entre el alumnado
inmigrante en Cataluña le conllevar más de un año escolar para equiparar se con
el de un nativo. Sin embargo, no todos los colectivos son iguales pues son
muchos los factores a tener en cuenta. Acorde con el artículo, el éxito que un
alumno inmigrante adquiera la lengua a nivel nativo se debe en gran parte al
nivel sociocultural y a la implicación por parte de las familias en el progreso
escolar de estos estudiantes.
Por ejemplo, dentro del colectivo rumano en Cataluña, no será hasta
después de seis años cuando se pueda equiparar su dominio del catalán y del
castellano al de un alumno nativo. Como he mencionado anteriormente y el propio
autor afirma, el éxito en la adquisición de la lengua de la escuela dentro del
alumnado inmigrante no solo depende de los programas que lleve a cabo la
escuela, el nivel sociocultural de la familia o del grado de implicación de sus
padres en su vida escolar sino también por las propias inquietudes del alumno.
Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es si el
alumno ya ha sido escolarizado en su país de origen. Puesto que si domina el
nivel escrito y de comprensión lectora en su lengua materna es considerado un
factor clave y positivo para su progreso lingüístico que le conducirá hacia la
adquisición de la lengua de la escuela de manera más rápida y eficaz que
aquellos alumnos que no dominen ninguna de las dos destrezas mencionadas en su
lengua materna.
ALFREDO SERRANO MORENO
Como estudiantes y amantes de las lenguas, este tema propuesto por mi compañero Alfredo me parece de vital importancia en un mundo tan globalizado como en el que vivimos hoy en día. Diariamente, nos comunicamos con los demás de distintas formas, siendo la hablada la más utilizada. Sin embargo, ¿prestamos atención a todo el proceso que hay detrás de la comunicación entre personas? ¿A todos los años invertidos en aprender una lengua? Sinceramente, creo que no se le da la importancia que se merece puesto que es algo tan natural y cotidiano que ya lo damos por sentado.
ResponderEliminarSin embargo, démosle la vuelta a la tortilla: ¿qué sucede con esas personas que emigran a otro país y que, por lo tanto, se ven obligadas a aprender otra lengua? Hasta hace poco, no éramos capaces de ponernos en el lugar del otro para entender todo el proceso que tenía que pasar esa persona para aprender una lengua que para nosotros no tenía ningún misterio, ya que como bien ha mencionado Alfredo, la inmigración en España era un fenómeno bastante reciente…hasta ahora. Ahora es el momento en el que muchos españoles emigran a otros países para ganarse la vida, y que, por lo tanto, se ven obligados a aprender una lengua extranjera, a pasar por un proceso de aprendizaje de una lengua nueva, además de la cultura que conlleva aprender dicha lengua.
Centrándonos en el tema principal abordado por Alfredo, como catalana he crecido aprendiendo y hablando tanto el castellano como el catalán, las cuales son mis dos lenguas maternas. Sin embargo, en mi colegio también llegaron muchos inmigrantes que tuvieron que aprender el catalán, puesto que es la lengua vehicular en Cataluña. Este alumnado tenía a su disposición aulas de inmersión lingüística, en las cuales se les enseñaba vocabulario, estructuras gramaticales y verbos, pasando de lo más básico a lo más complicado. Además, este alumnado también leía libros en catalán, puesto que así les era más fácil aprender el vocabulario, verbos y estructuras gramaticales. Este alumnado, si habían conseguido superar las competencias que se les exigían, cumplido el año pasaban a formar parte de las clases impartidas por el profesor, abandonando así la aula de inmersión lingüística.
Sin embargo, y como ya ha comentado anteriormente Alfredo, el triunfo o el fracaso de estos alumnos no dependía íntegramente de los programas llevados a cabo por las escuelas, sino sobre todo, dependía del grado de implicación de las familias de dichos alumnos y también de las inquietudes del alumno. En mi colegio, pude conocer gente que nunca estaban en clase de catalán puesto que no se esforzaban por adquirir la lengua, y que, por lo tanto, nunca abandonaron las aulas de inmersión lingüística. En cambio, también conocí personas que, apoyados por sus familias y por sus ganas de aprender otra lengua que les abriría las puertas, aprendieron el catalán y que hoy en día lo escriben y hablan perfectamente.
Con esto quiero decir que aprender una nueva lengua no es fácil, y supongo que mucho menos si te la imponen. Sin embargo, creo en la riqueza de las lenguas y en todo lo que nos aportan diariamente. Hoy en día, en este mundo tan globalizado, necesitamos aprender otras lenguas para poder comunicarnos, porque saber más lenguas no solo nos abre las puertas a un mejor futuro laboral, sino a un conocimiento infinito de algo tan universal como son las lenguas.