Cecilia Alegre Campos
Me gustaría compartir en este blog
un artículo que me ha parecido interesante y clarificador sobre lo que estamos
viendo en clase, el enfoque orientado a la acción en la enseñanza de lenguas.
blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2014/02/una-clase-de-lengua-orientada-a-la-accion-y-eso-que-es.html#more
El enfoque orientado a la acción que
considera al alumno como un actor social, de ahí el término acción, es el que
aconseja como método ideal el Marco Común Europeo de Referencia para las
Lenguas. Os propongo echarle un vistazo, si todavía no lo habéis hecho, aquí
está el link al archivo online:
Una tras otra han ido mejorando la manera de enseñar las lenguas, pero ninguna ha desaparecido por completo porque de todas ellas se ha podido conservar algo útil. En el artículo habla sobre todo de las 2 metodologías más modernas: enfoque comunicativo y el enfoque por tareas, y de ahí pasa al enfoque orientado a la acción, en el que se habla en el MCERL.
El enfoque comunicativo introdujo en
la enseñanza de lenguas muchos conceptos nuevos como la utilización de
documentos reales en el aula, es decir textos no preparados para los alumnos
sino tomados directamente de un “contexto real” en la lengua que se quiere
aprender; también basa muchas actividades en la interacción oral para practicar
la comunicación en la lengua estudiada, ya que una lengua se aprende hablando. A
su vez el enfoque por tareas nace para completar y en cierta manera mejorar, el
enfoque comunicativo. Este último viene del mundo anglosajón, fue implantado en
sus orígenes en aulas de aprendizaje del inglés como lengua extranjera.
Básicamente
en el artículo se explica los conceptos que se han añadido a estos enfoques anteriores
para crear el llamado enfoque orientado a la acción.
1- La importancia de las estrategias para un
hablante y la importancia de enseñarlas.
Cómo
hablantes de nuestra lengua materna, conocemos la importancia de saber cuándo
podemos decir algo de una manera o de otra, con quién puedes usar cierto
vocabulario o estructuras y con quien no, etc,
para que la comunicación resulte efectiva o simplemente no se produzca
ningún tipo de malentendido incómodo. Resulta fácil percibir este tipo de
fallos en hablantes no nativos, pero resulta difícil enseñar estas estrategias.
2- No sólo el contexto externo sino también el
contexto interno.
La interpretación del hablante del
contexto, que debemos entender como mucho más que una variable externa. Hay que
tener en cuenta que cuando hablamos, cuando creamos una frase, no sólo estamos
teniendo en cuenta el contexto físico sino muchos otros factores como a quién
nos dirigimos; y otras muchas circunstancias internas referentes a nosotros
mismos, a nuestros recuerdos y creencias, así como los procesos del mismo
lenguaje, la mayoría son inconscientes. Todos estos factores intervienen en
cada interacción del los hablantes.
3- Aprendizaje consciente, no sólo útil y
significativo.
Ser
conscientes de cómo aprendemos no sólo es útil para aprender mejor, ya que como
en cualquier aspecto de la vida conocernos nos ayuda a actuar para nuestro
propio beneficio, sino también para aumentar la autoestima y la motivación del
alumno, ambas indispensables en el proceso de enseñanza aprendizaje.
La reflexión final de la autora nos
debe hacer pensar en qué clase de profesores vamos a ser: ¿conseguiremos entender y asumir todos estos conceptos para enseñar
desde un enfoque orientado a la acción? Parece lógico pensar que si, porque
según nos presentan todas estas nuevas posibilidades en la pedagogía de las
lenguas, es la mejor metodología que podemos utilizar. Sin embargo debemos ser
conscientes que es fácil caer en los errores que, como alumnos, no perdonábamos
a nuestros profesores. Como bien sentencia en el último párrafo la clave es
hacer nuestra la teoría para que deje de ser eso, una teoría, y se convierta en
la realidad de nuestras aulas. En otras palabras, aprenderemos a desarrollarlo
correctamente llevándolo a cabo en la práctica. Porque cómo reza un dicho muy conocido, y que
nos puede servir también cómo justificación de esta metodología: “A andar se
aprende andando” y por lo tanto a hablar se aprende hablando.
Cecilia Alegre Campos
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